domingo, 25 de octubre de 2020

NO ME SALVEN

 



No me salven.
Por favor, no me salven.
Tengo demasiadas canas, demasiados libros leídos, demasiados desengaños, demasiados errores, demasiados fracasos,  demasiados caminos recorridos ,  como para que me salven.
Todos los días me levanto esperando escuchar noticias positivas,  creíbles,  solidarias, noticias de la verdadera realidad.
Y solo me encuentro el mismo paisaje.
Palabrería, demagogia, populismo, vaguedades, promesas  incumplidas, mentiras, amoralidad.
Por favor, no me salven.
A estas alturas de mi vida, solo necesito hechos.
 Necesito realidades.
Presente y no futuro.
No necesito salvadores , iluminados, profetas, nuevos libertadores, arribistas o pesebristas del poder.
Necesito ciudadanos.
Con los pies en la tierra, escuchando y presenciando la miseria, las deficiencias, la falta de trabajo, las necesidades de mejoras en los diferentes sectores, la pobreza de los comedores sociales, las dificultades de vivienda digna, los sueldos tercer mundistas de las nuevas generaciones.
Necesito.....calle y no poltrona.
Y todo ello gestionado  por los mejores profesionales en cada campo, las mentes brillantes que existen en nuestro país, los más capacitados, los de mayor conciencia social, los de mayor sentido de Estado.
Y , evidentemente, correctamente remunerados pero con los mínimos privilegios. Solo aquellos que estén plenamente justificados para el desarrollo de su función. 
Y con transparencia informativa, con cifras reales, con ahorro presupuestario en las diferentes partidas necesarias para hacer funcionar la maquinaria.
Toda una generación ha sufrido las consecuencias de la terrible pandemia, después de toda una vida trabajando y cotizando, para llegar al final de su vida, muertos y abandonados en una cama de hospital, por falta de medios técnicos necesarios, por falta de respiradores o sus equivalentes.
Y mientras se habla de política social, sus familiares solo han podido hacer una cosa. 
Llorarles.
Este es solo un ejemplo de los múltiples que podríamos citar en estos últimos tiempos.
Este no es un texto ideológico, no es un texto partidista.
Lo escribiría igual, sea quien sea que ocupe el poder.
Y va dirigido a toda la clase política , aunque en este caso particularmente a quien hoy gobierna.
No me salven. 
Gestionen y  gobiernen, pensando en nosotros, no en sus ambiciones.
Sean ustedes verdaderos ciudadanos que, voluntariamente  ,  ocupan puestos pagados con nuestros impuestos, para conseguir la mejor cuenta de resultados de esa gran empresa llamada España.
Y recuerden que el Congreso es nuestra cámara de representación y obviamente de discrepancia, pero para buscar soluciones.
 No un frente de guerra.  
No tengo nada en contra de quien, honestamente,  ha decidido  dedicar su vida a la política.
Pero, no hagan buena la conocida frase de mi admirado Groucho Marx:
" La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados".
Y recuerden.....no me salven.
 



lunes, 19 de octubre de 2020

HORROR

 



Independientemente del éxito como autor de Perez Reverte, incuestionable a la vista de las  cifras de ventas , sus intervenciones mediáticas suelen ser motivo de controversia y debate.
 La publicación de su ultimo libro sobre un tema tan delicado y doloroso como nuestra Guerra Civil, ha recibido excelentes críticas, pero acompañado de acusaciones , tanto de la derecha como de la izquierda, aunque sobre todo por parte de esta última,  por  su aparente falta de ecuanimidad al calificar dicho período como una Guerra inicialmente ideológica , con el alzamiento de la derecha ante un Gobierno de izquierdas legítimamente constituido, pero desvirtuado en la obra como una pura lucha de supervivencia.
Ignoro cual ha sido la intención del autor y lógicamente para poder opinar, estoy finalizando su lectura.
Me he encontrado con un texto de 680 páginas impregnado de crudeza , realidad, desamparo y miedo con personajes perfectamente descritos de ambos bandos donde,  por encima de virtudes , defectos o ideología aparece el hombre, la mujer, el ser humano, con sus fragilidades, sus inquietudes, su afán de  supervivencia y naturalmente su lado más oscuro.
Y todo ello en un paisaje perfectamente descrito y con un tremendo realismo que te estremece.
Y creo, honestamente, que esa ha sido la verdadera intención del autor.
Todos o al menos muchos, hemos escuchado historias familiares, donde la afiliación y la ubicación en uno u otro bando, venía dada por circunstancias puramente geográficas y estratégicas. 
Y donde el miedo a ser señalado y las posibles represalias, te hacían luchar en uno de ellos, independientemente de tu verdadero pensamiento.
Es una obra de ficción , no un ensayo, donde el autor describe libremente los hechos en base a su personal criterio, aunque apoyado en una amplia documentación.
Y creo que la verdadera controversia no viene dada solamente por el texto.
 Proviene de las acusaciones de Perez Reverte sobre la política actual, a la que acusa de hacer resurgir un clima guerra civilista cuando los verdaderos  protagonistas de la misma ya han desaparecido.
Y que el hecho y su  origen se ha  simplificado  premeditadamente por parte de unos u otros , utilizándose como arma política, no como un verdadero deseo de conciliación.
Hay tanto dolor, tantas historias, tantas venganzas, tanto resentimiento, tantas injusticias, tanta crueldad en cualquier guerra civil, que poco puedo aportar.
Si debo reconocer que su lectura me ha atrapado y desgarrado.
Ingenuamente desearía que, al menos, hubiese un reconocimiento de ello por ambas partes e intentásemos curar nuestras cicatrices, haciendo todo lo necesario de forma no partidista , con un objetivo común: finalizar un triste período de nuestra Historia.
Como dice uno de los protagonistas en el libro:
" Es lo malo de estas guerras. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tu ".
¡ Ay España, camisa blanca de mi esperanza......!




domingo, 4 de octubre de 2020

TSUNAMI

 



Y llegó el tsunami sanitario y económico.
Nadie se ha librado, desde las grandes potencias a los países más subdesarrollados.
No existe la menor duda de que habrá un antes y un después  en nuestra historia  hasta poder alcanzar, como mínimo, un tratamiento efectivo y en un plazo indeterminado la ansiada vacuna.
Y ante el problema, la reacción.
Reacción que, ante una catástrofe de alcance mundial, permite medir la capacidad de gestión de cada Gobierno, de cada país.
En el nuestro , la ciudadanía ha reaccionado  de forma ejemplar , asumiendo  el cumplimiento de las medidas adoptadas, con aisladas excepciones procedentes del ocio nocturno y población juvenil, erróneamente creyentes de una supuesta inmunidad.
A nivel de gestión el Gobierno ha sido arrollado por la ola.
Falta de equipamiento sanitario, descoordinación, falta de transparencia,  desinformación, estadísticas manipuladas, escasez de personal.
Y todo ello dirigido y gestionado por un Ministro de Sanidad, con nula formación al respecto y un supuesto comité de expertos aparentemente inexistente.
Y con Ministerios ocupados por personas cuyo único mérito profesional es el de reparto de poder y cuota, tal como sucede con el Ministro Illa.
Motivos más que sobrados para que la oposición haya sacado toda la artillería, pero   con nulos resultados para la resolución del problema, tal como crítica The Economist en un reciente artículo, publicación poco sospechosa en cuanto a su línea editorial.
El resultado de todo ello:  el dudoso honor de ocupar el primer puesto del ranking europeo como epicentro de la pandemia.
Y el ciudadano asiste asombrado a una ceremonia donde está ausente la solidaridad, el esfuerzo común y la coherencia para la resolución, al menos parcial, del problema.
Nadie quiere reconocer sus errores, presentes o pasados.
Incluso se percibe un aire de arrogancia por parte del Presidente Sanchez, cuya línea ideológica es cuestionada incluso por prominentes integrantes de anteriores Gobiernos socialistas. 
Con solamente asomarse a la bendita videoteca, se pueden comprobar las innumerables contradicciones , falta de coherencia y afirmaciones posteriormente incumplidas. 

Y lo deseable, posiblemente útopico, sería olvidar  momentáneamente  esa lucha por el poder y retomar el concepto de Estado, aunque solo sea por respeto a los miles de compatriotas fallecidos.
No es el momento de profundizar en otros aspectos de estrategia política, derivada de pactos con partidos a los que la palabra España les produce escalofríos o las críticas dentro del propio Gobierno a nuestras instituciones.
Siempre he repetido lo mismo. Nuestra Constitución procede de un pacto de Estado y es la que nos rige.
Si alguien desea cambiarla, que sea mediante un plebiscito y por vía parlamentaria. Las urnas son las que decidirán, libremente, el apoyo o rechazo a dicha estrategia.
Pero mientras ,  continúan las muertes y el enfermo está grave , mientras los cirujanos políticos  han abandonado el quirófano y practican la esgrima.
Y,  porque no decirlo, ante la pasividad colectiva del país, solo alterada por opiniones aisladas en redes sociales.
Puedo asegurar que estas líneas intentan ser objetivas, independientemente de mi pensamiento ideológico. 
Y rechazo que se me califique en uno u otro bando, tal como se estila últimamente.
Soy un ciudadano libre, al menos en mi pensamiento , y nunca voy a renunciar a ello. Nadie me tiene que decir lo que debo pensar u opinar.
Deseo equivocarme, pero creo que estas líneas no van a gustar a nadie, ni van a provocar likes de aprobación o comentarios de apoyo.
No me importa. Soy consciente de que siguen existiendo las dos Españas.
Pero a mi y en este duro momento, solo me importan mis compatriotas.
Desgraciadamente, me viene a la memoria un proverbio africano:
"Cuando los elefantes luchan, quién sufre es la hierba"
España, camisa blanca de mi esperanza......