No te compliques demasiado la vida.
Es algo más sencilla de lo que nos suele parecer.
No caigas en los mismos errores que yo, si de ellos puedes aprender algo.
Nacer, crecer y desarrollarse idealizando la misma, no lleva a ningún lado.
No es un sentimiento pesimista, simplemente pragmático.
Un pragmatismo que cuesta mucho desarrollar, pero al final te convence.
Es cierto que nadie nos explica en que va a consistir, que te vas a encontrar, donde no debes tropezar.
Eso se va aprendiendo a través de los años. Posiblemente muchos años.
Y al final, la realidad se impone al romanticismo , al sueño, a la utopía.
Y la alcanzas observando, escuchando, analizando tu entorno.
En ese recorrido vas encontrar personas, situaciones y vivencias, muy positivas y valorables.
Y esas son las que deben de llenar tu maleta, las que debes guardar y conservar, las que debes de recordar.
En contrapartida, deberas ser tolerante y generoso cuando constatas que los demás no tienen porque pensar como tu, actuar como tu , reaccionar como tu reaccionas, sentir como tu sientes.
Y debes asumir que ello forma parte de la condición humana. Que eres tu el que puedes estar equivocado o simplemente ......que eres más exigente de lo que creías.
Y principalmente, que puedes estar equivocado en tus planteamientos, en tu filosofía de vida.
Nadie te ha obligado a configurar tu personalidad en base a ello, nadie te ha pedido o exigido que vivas y pienses así.
Eres tu mismo el que te has moldeado, el que has querido seguir una determinada línea, ruta o conducta.
Has caminado durante largo tiempo en la confianza de poder alcanzar un bonito paisaje.
Y cuando vas acercandote al final del trayecto, el cuadro no es el que te habías imaginado.
No es culpa del cuadro.
Eres tu el que lo había dibujado de forma equivocada.
Y no podrás evitar un cierto sentimiento de tristeza.
Otro error. Un grave error.
Porque, hace tiempo que deberías haber aprendido que, finalmente....no es lo mismo vivir que imaginar .
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