martes, 13 de febrero de 2018

LA TIENDA DE LAS IDEAS ( 2ª PARTE)




.........Todos esos recuerdos y reflexiones invadían su mente, cuando en su errático paseo y en el momento que iba a cruzar una de las grandes avenidas, una pequeña tienda situada en una esquina, llamada " El Rastrillo"  atrajo su atención.
Se acercó a examinar su pequeño escaparate.
Observó que en una de las esquinas se exhibía un bonito reloj de pulsera, rectangular y con aspecto de corresponder a los años 50.
Dada su afición por este tipo de relojes, de los cuales había iniciado una pequeña colección, decidió entrar a curiosear.
El local, de pequeño tamaño, estaba abarrotado de piezas de toda clase y condición: desde viejos carteles, hasta postales, cuberterías, porcelanas e instrumentos de música, algunos de ellos con aspecto de estar considerablemente deteriorados.
En un pequeño rincón, al fondo del local y detrás de un ventanal, se encontraba un hombre de edad avanzada, vestido con una bata de trabajo de aspecto ajado, pero limpio, que supuso sería el propietario.
Jorge después de echar un vistazo a todos aquellos objetos, sin encontrar nada que le mereciese una particular atención preguntó el precio del reloj.
Le pareció más que razonable y solicitó que se lo mostrase.
Cuando estaba examinando sus características, le llamó la atención un cartel de mediano tamaño, que estaba situado en una vitrina, cuyo texto decía "Vendemos ideas".
Ello le provocó una enorme curiosidad.
  • - Disculpe, preguntó - ¿Que significa ese letrero?
  • - Pues lo que usted está leyendo - contestó con una sonrisa el propietario
  • - No acabo de entenderlo, contesto Jorge. ¿Significa que usted vende ideas de todo tipo?
  • - No exactamente. Como puede comprobar este es el tipo de tienda donde se encuentran los objetos más heterogéneos.
  • - En una ocasión, continuó , vino por aquí una persona a hacerme la oferta más curiosa que he recibido hasta el momento. Me proponía venderme un fichero, conteniendo unas doscientas ideas a desarrollar, matizando que todas ellas eran de tipo creativo.
  • - La condición indispensable es que las vendiese paulatinamente, no de golpe y nunca a la misma persona, al objeto de conseguir hacerlas llegar al máximo de interesados. La oferta me hizo gracia y como el precio era prácticamente simbólico, decidí adquirirlo. Por cierto, ¿es usted católico?-  preguntó a Jorge
  • - En absoluto, respondió. Es más, me considero agnóstico. La religión, como decía Lenin, es el opio del pueblo y solo ha aportado al mundo fanatismo, represión e ignorancia.
El propietario le miró de forma extraña.
Jorge, temiendo haberle ofendido, preguntó:
  • - ¿Por qué me lo pregunta?
  • - Porque en mi modesta opinión, dicha persona pertenecía a ese género de individuos que el Dios que usted dice que no existe envía, aún sin saberlo ellos, para ayudar al prójimo.
Jorge sonrió.
  • - ¿Y ha vendido muchas desde entonces? preguntó, con un tono de ironía.
  • - Pues sinceramente, hasta el momento, ninguna - contestó el propietario. Ha habido personas como usted, que han preguntado por curiosidad, pero no he llegado a culminar ninguna venta.
Una de las razones, agregó,  puede obedecer a que, según el acuerdo al que llegué con el vendedor y que deseo respetar, cada idea viene en un sobre cerrado y no se pueden examinar previamente.
  • - Además solo puedo vender a cada persona un máximo de diez unidades, las cuales están numeradas en series del 1 al 10 y deben de ser abiertas por ese orden.
A Jorge todo aquello le desconcertó.
No sabía muy bien si le estaban engañando o aquella persona estaba bromeando.
Pero observó que la persona transmitía un aire de seriedad que no cuadraba con esa idea.
¿Y qué precio tienen? preguntó, con curiosidad.
  • - Pues no sé muy bien que decirle - contestó.  Pongamos que 100 euros, el paquete de diez.
Jorge, en una rápida reflexión, consideró que no era una cantidad como para dejar de satisfacer su morbo y en el peor de los casos, sería una tomadura de pelo barata.
De acuerdo, comento Jorge. Me las llevo y el reloj también.
El propietario sonrió con satisfacción y procedió a prepararle un pequeño paquete con ambas cosas.

¡Espero que le sirvan! - comentó al despedirle.
Cuando llegó a su casa, Jorge abrió el paquete, desechó el reloj y cogió los 10 sobres.
Estos tenían un aire antiguo, amarillento y deteriorado y estaban rigurosamente cerrados.
Decidió respetar lo que el chamarilero le había indicado y en una especie de ritual comenzó a abrir el sobre n° 1.
Dentro contenía una cartulina, de aspecto similar al sobre que la contenía, en la cual ponía simplemente: CURIOSIDAD.
Fue abriendo los ocho restantes y en cada de uno de ellos encontró las siguientes palabras:
SENSIBILIDAD, ROMANTICISMO, AVENTURA, INOCENCIA, CONOCIMIENTO, AMOR, SENSUALIDAD, LOCURA.
Al abrir el n° 10 y último, encontró el siguiente texto:
“No busques nunca fuera, lo que está dentro de ti. Solo es cuestión de saber mirar”.
-o-o-o-o-o-o-o
El propietario de la pequeña tienda iba, como todas las mañanas, camino de la misma.
Levantó el cierre y abrió la puerta de acceso al local, aunque mantuvo el cartel de “CERRADO”.
Se dirigió a la trastienda y caminó directamente a donde se encontraba una vieja caja de caudales, de pesado hierro.
Estaba rodeada de estanterías donde innumerables y valiosos libros, invadían prácticamente la pequeña habitación. Introdujo la combinación y extrajo de la caja un cofre de tamaño mediano, envuelto en un paño de terciopelo.
Al descubrirlo, admiró una vez más su noble aspecto y fino labrado.
Levantó su tapa y extrajo un viejo libro, encuadernado en cuero y agrietado en su lomo, de bella portada en la cual estaba grabado a fuego “Sagrada Biblia” Abrió al azar una de sus páginas y de uno de los cajones de su mesa, sacó una vieja pluma de ave y un frasco de tinta.
De otro de los cajones, sacó una ristra de sobres y cartulinas, similares a los que había vendido a Jorge Azcona.
Con parsimonia, empezó a escribir en cada una de las cartulinas, con hermosa caligrafía, una serie de palabras que iba extrayendo de la página que había abierto.
Cuando llegó a la cartulina número 10, volvió a tomar el libro y abrió otra página al azar.
Escribió de nuevo en dicha cartulina.
Una vez finalizado el proceso, procedió a realizar el ritual inverso.
Cuando tomó el paño de terciopelo para envolver el libro, no pudo resistir la tentación de acariciar una vez más su portada.
Antes de cerrar la caja de caudales, extrajo de su interior un viejo y amarillento periódico, que se encontraba abierto por la página de Cultura y en el cual, una vez más, pudo leer:
" El 19 de Febrero de 1926, un ejemplar de la primera edición de la Biblia Sacra Mazarinea, impresa por Johannes Gutenberg, fue subastado en la ciudad de Nueva York por la exorbitante suma, para aquella época de 106.000 $. Al parecer se empezó a imprimir en el año 1453, en la ciudad alemana de Maguncia.
La primera edición de este libro, es considerada una “obra maestra”.
Bellamente decorada, tenía como característica un formato de 42 líneas por columna, por lo cual es conocida como” Biblia Latina de 42 líneas”.
A Gutenberg, su invento le ocasionó contrariedades y problemas pues no teniendo los recursos económicos necesarios, debió recurrir a socios financieros que pensaban más en el beneficio comercial del invento, que en su aportación cultural y perfeccionamiento.
La impresión de la “Biblia Latina de 42 líneas” es considerada una joya histórica.
El precio alcanzado en la subasta realizada en Febrero de 1926, es prueba palpable de ello. Actualmente, se ignora el paradero de dicho ejemplar.
Hace un año, aproximadamente, circuló el rumor de que había sido adquirido
al anónimo vendedor por la controvertida “Asociación de los Soldados de Dios”.
Dicha Asociación, de reciente creación se caracteriza por combatir cualquier intento de modernismo o actualización de la Iglesia Católica y ha mantenido fuertes enfrentamientos y denuncias con la jerarquía vaticana, a la cual acusa de traicionar el verdadero espíritu del cristianismo. Su aptitud permanentemente combativa ha encontrado fuerte apoyo, incluido el económico, en determinados sectores conservadores de la sociedad española.
Sin embargo, el portavoz de dicha Asociación, ha desmentido en numerosas ocasiones su teórica adquisición.
Hasta la fecha, el misterio continua y se desconoce su verdadero paradero »
Guardó el periódico en el interior del cofre, lo cerró y lo introdujo de nuevo en la caja fuerte. Se dirigió a la puerta y quitó el cartel de la entrada.
Un nuevo día había comenzado.
(CONTINUARÁ)




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