viernes, 22 de septiembre de 2017

ROBO





Me han robado. 
Con premeditación y alevosía, me acabo de enterar que me han robado.
Y si hubiese sido algo material , de mayor o menor valor, sería algo desagradable pero  asumible, como tantas otras cosas que pueden suceder en el transcurso de una vida.
Pero no ha  sido así.
Me han robado mi autoconcepción de ciudadano librepensador, progresista, objetivo, tolerante , abierto a nuevas ideas, nuevas técnicas, nuevos cambios. 
Y lo han hecho gentes próximas, gente entrañable, gente hermana, gente de la cual nunca he sido enemigo.
El hecho, siempre aleatorio y fortuito, de haber nacido en este país y por tanto ostentar la ciudadanía española, me ha convertido en un proscrito.
Soy ladrón, antidemocrata, fascista, represor y enemigo de las libertades individuales y colectivas.
Y me lo llaman los que , hasta el momento, consideraba compatriotas.
Bajo el lema de o estás conmigo o estás contra mi , la progresiva tarea de radicalización impulsada por las fuerzas independentistas catalanas, amparándose en su particular concepto del derecho a decidir , me han colocado una etiqueta absurda, injusta y xenófoba.
Ya no formo parte de su círculo, de su cultura, de su territorio , de su ideología , de sus objetivos.
De nada sirve mi admiración por figuras prominentes en sus respectivos campos como Pau Casals, Dali, Serrat, Gaudí  Caballe, Barraquer,Gasol,  Ferran Adria, Monturiol y tantos otros.
Porque yo soy español .Nacido en mi adorada Coruña, orgulloso de mis ancestros celtas, con yerno catalán e hijas madrileñas.
Crecí escuchando constantes elogios sobre las cualidades del pueblo catalán. Su capacidad de trabajo, de esfuerzo, su visión empresarial, su gran sentido común,  conocido generalmente como seny o cordura.
Si ese rechazo viniese de una minoría radical, no me importaría. Ese tipo de personas existen en cualquier punto de nuestro amplio mundo.
Pero me lo están gritando en las calles, con sus gritos y sus pancartas , un amplio colectivo que dice representar a los catalanes.
Antes de que alguien se anticipe y me corrija, ya se que es una disputa política entre el Govern catalán y el Gobierno central.
Pero cuentan con el apoyo de una amplia parte de la ciudadanía, que criticando la corrupción existente se olvidan  de la propia, del 3%, de los Pujol.
Que están legitimados por nuestra Constitución, pero al mismo tiempo la olvidan , la rechazan y la ignoran.
Que dicen sentirse marginados, cuando soy yo el que noto esa sensación cuando los visito y observo la ausencia del castellano en su rotulación comercial e institucional.
Que confunden a un Gobierno con un pueblo.
Ojalá que esta  profunda ruptura, basada principalmente en cuestiones económicas, se solvente con dialogo, voluntad y seny....por ambas partes.
Como hermoso ejemplo multicultural,  os dejo  estas imágenes.

 Yo...... no me quiero ir de Cataluña.


viernes, 15 de septiembre de 2017

AUTOCENSURA




Cuando uno decide crear su propio blog,  duda de su téorica capacidad de comunicación.
 Te preocupa saber si su estilo y forma tendrá la calidad adecuada para ser apreciado por el anónimo lector.
 Aunque ya sabes que esa evaluación vendrá marcada por la cifra de visitas que figura en su contador,  como termómetro implacable y honesto de su aceptación , inicialmente te inquietas.
Las casi 22.000 entradas que , en el momento de escribir estas líneas  refleja dicha casilla,  te orienta sobre si lo estás haciendo aceptablemente bien , si bien dicha cifra siempre será comparativamente modesta con las que los instagramer o youtubers consiguen con sus publicaciones.
La filosofía que me impuse en su momento, de no competir con nadie, sino de servir como instrumento para exteriorizar todo aquello que bulle en mi interior e intentar sintonizar con todos los que ven reflejados en sus líneas su pensamiento y forma de enfocar la vida, aparentemente se ha cumplido. Por lo tanto,  me considero satisfecho con su evolución. 
Sin embargo, soy consciente de que, a veces, me autocensuro.
Y lo denomino así porque no hay nada ni nadie que me limite a la hora de escribir.
 Ello no impide que, temporalmente,  mi libertad de pensamiento este condicionada.
Esa autocensura viene dada por diversos factores.
Un cierto temor a exteriorizar, inadvertidamente,   sentimientos íntimos y personales que no deseas reflejar.
También el herir o molestar sobre temas que pueden ser controvertidos,  política y socialmente, a personas de tu círculo más próximo.
O creer que tu capacidad de expresión no va transmitir correctamente lo que realmente quieres decir y se genere 
una imagen distorsionada de ti.
He reflexionado sobre todo ello y considero que no es honesto.
No lo es para mi propia filosofía de vida, ni para mantener la coherencia que he procurado seguir en mi vida personal y profesional.
Porque se acerca, peligrosamente, a ese término tan utilizado de lo  “políticamente correcto” , algo que equivocadamente se confunde con la buena educación y no coincide en absoluto con mi forma de pensar y vivir.
Se perfectamente que, cuanto más controvertido sea el tema, es mucho más difícil resumir en unas líneas tu análisis 
Pero en ello consiste el reto y cualquier discrepancia debe ser aceptada en legitima defensa de la, a veces, cuestionada libertad de expresión.
Dado que la menciono, me gustaría fijar mi posición sobre el  momento histórico que estamos viviendo , que  afecta no solo a la convivencia en Cataluña sino al resto del Estado español.
Siempre defenderé  la libertad personal y colectiva. Es la base de cualquier sociedad democrática.
Pero, los posibles errores estratégicos, económicos  y políticos con Cataluña, , ya analizados y  comentados en medios de comunicación de todo signo ideológico ,  en un intento de conseguir una correcta normalización y dialogo con dicha Comunidad Autónoma ( es su denominación actual y legalmente correcta), no se pueden rectificar con una flagrante y radical transgresión de la legalidad vigente. Buena, mala o modificable es la que se impone a cualquier ciudadano español.
Que dicha legalidad se aplique, en ocasiones, de forma  equivocada en función de intereses políticos de todo tipo, debería de acentuar la necesidad de proceder al saneamiento de la justicia y del propio Estado, eliminando corruptelas y cloacas.
 Ello exige una voluntad conjunta de todas las fuerzas sociales, partidos y ciudadanía, para hacernos pensar y creer que todavía existe un concepto de Estado, superior a los intereses particulares de cada colectivo.
El término referéndum lo conocí durante los largos años de Dictadura y se denostó su utilización, dados los nulos controles democráticos que se aplicaban para la realización del mismo.
Justamente lo que está ocurriendo cara al deslegitimado 1-O 
¿Derecho a decidir ? Si, pero no unilateral e ilegalmente.
No olvidemos que, la últimamente,  cuestionada Constitución fue ampliamente apoyada en su día por la ciudadanía catalana y es la base jurídica y legal de su actual Govern, curiosamente apoyado por fuerzas políticas antisistema.
¿Dialogo? Todo el necesario y más . ¿ Voluntad política? La máxima.
 ¿Golpes de Estado ?
Ya tuvimos suficiente con Tejero.