viernes, 15 de septiembre de 2017

AUTOCENSURA




Cuando uno decide crear su propio blog,  duda de su téorica capacidad de comunicación.
 Te preocupa saber si su estilo y forma tendrá la calidad adecuada para ser apreciado por el anónimo lector.
 Aunque ya sabes que esa evaluación vendrá marcada por la cifra de visitas que figura en su contador,  como termómetro implacable y honesto de su aceptación , inicialmente te inquietas.
Las casi 22.000 entradas que , en el momento de escribir estas líneas  refleja dicha casilla,  te orienta sobre si lo estás haciendo aceptablemente bien , si bien dicha cifra siempre será comparativamente modesta con las que los instagramer o youtubers consiguen con sus publicaciones.
La filosofía que me impuse en su momento, de no competir con nadie, sino de servir como instrumento para exteriorizar todo aquello que bulle en mi interior e intentar sintonizar con todos los que ven reflejados en sus líneas su pensamiento y forma de enfocar la vida, aparentemente se ha cumplido. Por lo tanto,  me considero satisfecho con su evolución. 
Sin embargo, soy consciente de que, a veces, me autocensuro.
Y lo denomino así porque no hay nada ni nadie que me limite a la hora de escribir.
 Ello no impide que, temporalmente,  mi libertad de pensamiento este condicionada.
Esa autocensura viene dada por diversos factores.
Un cierto temor a exteriorizar, inadvertidamente,   sentimientos íntimos y personales que no deseas reflejar.
También el herir o molestar sobre temas que pueden ser controvertidos,  política y socialmente, a personas de tu círculo más próximo.
O creer que tu capacidad de expresión no va transmitir correctamente lo que realmente quieres decir y se genere 
una imagen distorsionada de ti.
He reflexionado sobre todo ello y considero que no es honesto.
No lo es para mi propia filosofía de vida, ni para mantener la coherencia que he procurado seguir en mi vida personal y profesional.
Porque se acerca, peligrosamente, a ese término tan utilizado de lo  “políticamente correcto” , algo que equivocadamente se confunde con la buena educación y no coincide en absoluto con mi forma de pensar y vivir.
Se perfectamente que, cuanto más controvertido sea el tema, es mucho más difícil resumir en unas líneas tu análisis 
Pero en ello consiste el reto y cualquier discrepancia debe ser aceptada en legitima defensa de la, a veces, cuestionada libertad de expresión.
Dado que la menciono, me gustaría fijar mi posición sobre el  momento histórico que estamos viviendo , que  afecta no solo a la convivencia en Cataluña sino al resto del Estado español.
Siempre defenderé  la libertad personal y colectiva. Es la base de cualquier sociedad democrática.
Pero, los posibles errores estratégicos, económicos  y políticos con Cataluña, , ya analizados y  comentados en medios de comunicación de todo signo ideológico ,  en un intento de conseguir una correcta normalización y dialogo con dicha Comunidad Autónoma ( es su denominación actual y legalmente correcta), no se pueden rectificar con una flagrante y radical transgresión de la legalidad vigente. Buena, mala o modificable es la que se impone a cualquier ciudadano español.
Que dicha legalidad se aplique, en ocasiones, de forma  equivocada en función de intereses políticos de todo tipo, debería de acentuar la necesidad de proceder al saneamiento de la justicia y del propio Estado, eliminando corruptelas y cloacas.
 Ello exige una voluntad conjunta de todas las fuerzas sociales, partidos y ciudadanía, para hacernos pensar y creer que todavía existe un concepto de Estado, superior a los intereses particulares de cada colectivo.
El término referéndum lo conocí durante los largos años de Dictadura y se denostó su utilización, dados los nulos controles democráticos que se aplicaban para la realización del mismo.
Justamente lo que está ocurriendo cara al deslegitimado 1-O 
¿Derecho a decidir ? Si, pero no unilateral e ilegalmente.
No olvidemos que, la últimamente,  cuestionada Constitución fue ampliamente apoyada en su día por la ciudadanía catalana y es la base jurídica y legal de su actual Govern, curiosamente apoyado por fuerzas políticas antisistema.
¿Dialogo? Todo el necesario y más . ¿ Voluntad política? La máxima.
 ¿Golpes de Estado ?
Ya tuvimos suficiente con Tejero.












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