Estoy recordando un reciente viaje de trabajo a esa maravillosa ciudad que es Barcelona, donde en el escaso tiempo disponible, hice un pequeño recorrido para disfrutar ,una vez más, de los emblemáticos edificios construidos por el genial Gaudí, como la Pedrera o Casa Battlo.
Y aunque muy rápidamente, me acerque a contemplar la evolución de la interminable obra que dejo inacabada como es la Sagrada Familia.
Y por causas que, aparentemente, no están relacionadas con ello, me viene a la cabeza una reflexión.
¿ Sabemos construir?
Es maravilloso querer construir en el sentido más amplio del término.
Pero es algo más profundo que intentarlo.
Un edificio hay que diseñarlo, planificarlo, dotarle de buenos cimientos, tener una idea clara de cual es el objetivo a conseguir.
Y hay que emplear buenos materiales, creatividad, superar las dificultades, creer en el proyecto.
Si no dispones de esos elementos, ten por seguro que nunca se terminará o incluso puede llegar a derrumbarse.
Y no siempre somos buenos arquitectos.
A pesar de la buena intención el proceso de construcción esta plagado de complicaciones.
Y no siempre son ajenas.
A veces el problema eres tu.
Nadie nos explica como hacerlo. No existe manual de instrucciones.
Somos autodidactas de nuestra vida.
Mantener sólidamente una relación, la educación y formación de tus hijos, las amistades, tu desarrollo profesional, es difícil, muy difícil.
Llevar adelante un proyecto requiere coraje.
Porque, a veces, sin ni siquiera saberlo, estamos atrapados por nuestro pasado, nuestras experiencias, nuestros miedos, nuestras inseguridades.
El gran reto es superarlo .
Y cuestionarse sin complejos, ni timidez.
Todos conocemos personas que prefieren renunciar a construir y se limitan a sobrevivir placidamente.
Es su modelo de vida y no les gusta arriesgar.
Cada uno tiene el derecho de escoger su ruta.
Pero si en el transcurso de la Humanidad, ese planteamiento hubiese sido el único modelo, este complicado pero hermoso mundo, hubiese sido más mediocre.
No se tú, pero.....a mi no me gustan los mediocres.
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