Un día cualquiera de Septiembre.
El trafico recupera su vorágine habitual.
Los centros comerciales comienzan a llenarse de familias apresuradas, en busqueda del material escolar para el nuevo curso que empieza, llenar el carro de la compra para abastecer la vacia nevera, recordar que al niño hay que comprarle ropa nueva de invierno, porque ha crecido.
Todo ello con los vestigios de un bronceado conseguido tras muchas horas de sol y una mirada entre nostálgica y desesperada al constatar que la rutina ha vuelto a ocupar su sitio habitual y queda un largo recorrido hasta la próxima huida , que será mas corta y precipitada, en búsqueda de algo tan escaso como es la libertad.
Es la misma sensacion que podria tener un preso en tercer grado que esta obligado a pernoctar todas las noches en la prision....pero todavia mas acentuada.
El calendario, inexorable, marca el comienzo del otoño. El sol sigue calentando, pero el sentimiento personal es diferente: Se ha acabado el verano.
Llegarán las promesas de cambio incumplidas. El voy a hacer, se queda en ... no lo he hecho.
No se cumplirán los deseos de mejorar tu inglés, dejar de fumar, perder peso, una alimentación mas sana .
Y ese cruel sentimiento de saber que, todos los años, esa historia se repite y el peso del quehacer cotidiano borra la ilusión.
No soy quién para aconsejar.
Pero recurriendo a mis gustos cinéfilos, recuerdo la escena final de la mítica película "Zorba, el griego ", con el magnifico Anthony QUINN , el contrapeso de Alan BATES y el maravilloso sirtaki de Theodorakis.
En ella, hay una frase que lo define todo :
" El hombre necesita estar un poco loco. Si no nunca se atreverá a cortar la cuerda y recuperar su libertad".
" El hombre necesita estar un poco loco. Si no nunca se atreverá a cortar la cuerda y recuperar su libertad".
¡¡ Feliz locura a todos !!.......
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