jueves, 31 de diciembre de 2020
jueves, 24 de diciembre de 2020
UNA VIDA PLENA
Tener un hijo, plantar un árbol , escribir un libro.
¿Quien no ha escuchado alguna vez esa frase, en el transcurso de su vida ?
En origen , parece ser que corresponde a un relato profético de Mujanmmad, Mensajero del Islam, que fue posteriormente adaptado y resumido en dicha frase por José Martí, político y escritor cubano y uno de los principales líderes de la independencia de su país, que la popularizó.
Conceptos perfectamente válidos, aunque también matizables.
¿ Que sucede si la persona no tiene capacidad física de concebir ?
¿ Una persona , lamentablemente analfabeta.... está condenada al fracaso vital, por no saber escribir?
Todos podemos de una forma o de otra, conseguir plantar un árbol.
Pero ¿ de que tipo? Porque los hay que son dañinos para la naturaleza.
Un personaje mexicano, muy popular en su
época, Francisco Ligouri, abogado, profesor y cronista, ironizó sobre el tema , con el siguiente texto:
"Tengo un amigo canijo
Que leyó en un libro viejo
Aquel antiguo consejo
Y lo siguió muy prolijo
En su propósito fijo
Pensó, como buen pendejo
“Sere feliz porque dejo
un libro, un árbol y un hijo"
Pero le salió mal todo
Pues, por irónico modo
Logró al fin de su jornada
Un libro muy aburrido
Un árbol seco y torcido
Y un hijo de la chingada.”
Humor aparte, está claro que la literalidad no es el todo.
No solo es leer. Es saber interpretar.
Por ejemplo, se puede adoptar a un niño, caso de no poder tenerlo.
También colaborar con ONGs, dedicadas a la protección de la infancia.
O volcar ese amor en la gente que quieres, que te importa. Amigos, familia.
Leer, culturizarse y si dispones de la capacidad necesaria, difundir el conocimiento adquirido de forma altruista, es tan importante como escribir.
El respeto a la naturaleza, contribuir a su mantenimiento y colaborar con causas que ayudan a protegerla, es una buena forma de “plantar un árbol “.
Por tanto, en esa búsqueda de una vida plena y satisfactoria, hay muchas formas de realización.
Ello no invalida esa hermosa frase.
Pero si hacernos reflexionar sobre el trasfondo de la misma.
Yo he intentado y espero que conseguido, aplicarlo.
Como me recuerda , periodicamente, una querida amiga, no solo con coherencia. También con congruencia.
He procurado cultivar una serie de valores y transmitirlos a mis hijas, tales como honestidad, ética, cariño hacia mis semejantes, conciencia social, libertad de pensamiento, cuidado de mi familia, respetar a mis amigos.
Y leer, leer, leer.......
Naturalmente, estableciendo criterios para seleccionar obras y autores, que contribuyan a mi desarrollo personal.
En un duro año, que por fin termina, ese deseo de vida plena lo trasmito a todos aquellos que forman parte de mi día a día, de mi vida.
Ellos saben quien son y supongo que sonreirán al ver la forma que he escogido, para evitar caer en frases tópicas y desgastadas, propias de estas fechas.
Esos que siempre están ahí.
Y por descontado, gracias de corazón a todos aquellos que, generosamente, han dedicado o dedican unos minutos de su tiempo para asomarse a esta pequeña ventana, que cuenta desde su creación y al día de hoy con casi 47.000 entradas.
Para todos ellos......
Feliz solsticio, Feliz vida plena, Feliz nuevo año.
miércoles, 16 de diciembre de 2020
REGALOS
El calendario me recuerda que, siguiendo la tradición , es época de regalos navideños.
Y me he puesto a ello, buscando pequeños obsequios para familia y amigos.
Cuando me han preguntado que podría apetecerme , me he encontrado sin respuesta.
Aunque, realmente, si la tengo.
Nada.
Naturalmente , soy tan normal como cualquier otro y siempre hay algo que te apetece.
Caprichos, finalmente.
Pero, a estas alturas de mi ya largo recorrido, algo he aprendido .
Que todo aquello que se puede comprar, siempre es agradable , pero no imprescindible.
Utilizando ese ya indispensable Internet en exhaustivas búsquedas, no he podido encontrar a ninguna empresa, nacional o multinacional, donde se pueda adquirir lo esencial de la vida.
La maravillosa sonrisa de mi nieto, el amor de mis hijas, una puesta de sol, un paseo por la playa a primeras horas de la mañana, un mar embravecido, el olor a eucaliptos, la belleza de una flor o de un paisaje, mi, no muy amplia , pero querida familia.
Esa espontánea alegría de infinidad de personas alrededor del mundo que, a pesar de vivir en condiciones lamentables e inhumanas, regalan una sonrisa cuando les hacen una foto, como recuerdo o para alguna publicación.
También, ese anciano , lleno de humanidad, que cede su asiento a una persona, porque considera que lo necesita mas que el.
Y, porque no, esa persona que se muestra sorprendida cuando le cedes tu sitio en la cola de un supermercado y te lo agradece con un gesto o una sincera sonrisa
Este año, particularmente, esos profesionales de la Sanidad, que se dejan la piel ante una brutal pandemia, con riesgo de su propia vida.
Y lo mejor de todo ello.
Un bien tan sumamente escaso como son los verdaderos amigos .
Para ser politicamente correcto....y amigas.
Aquellos que, superando sus dificultades y problemas, siempre están ahí para apoyarte, aconsejarte, soportarte y ofrecerte un cálido abrazo.
Como dice una preciosa frase:
"Hay personas que están contigo cuando tienen tiempo y otras que buscan tiempo para estar contigo”.
Naturalmente, quien me la recordó, forma parte de ese reducido círculo.
Así que, aun siendo solo una pequeña gota de agua en este inmenso océano que es el mundo, este año , queridos míos, quedáis liberados de cualquier compra.
Soy consciente que, a pesar de ello, siempre habrá una pequeña sorpresa, que recibiré encantado.
Porque detrás de esa compra, hay algo muy importante.
Amor incondicional , sinceridad y lealtad.
Y por mi parte, la justa reciprocidad y el deseo de seguir dejando abierta mi puerta a la desconcertante, caótica, compleja, calida, dura, sorprendente y apasionante vida.
La maravillosa vida.