martes, 7 de abril de 2020

AMANECER



Primavera / Verano 2020 ........

Me desperté un poco tarde. La inusual rutina de los últimos días, había alterado mi ciclo de sueño.
Una reconfortante ducha fue el paso previo a un abundante desayuno.
Zumo de naranja, recién exprimido, tostada con tomate y aceite y un buen café.
Organice un poco la casa y me vestí con ropa deportiva.
Cuando salí a la calle, el olor de la ligera llovizna caída durante la noche me invadió, pero el cielo despejado y una agradable temperatura me anunció que iba a ser un día espléndido.
Con paso ligero inicie mi recorrido habitual de varios kilómetros.
Cuando regresé, sudoroso, dedique unos minutos, en mi ordenador, a repasar las últimas noticias, antes de tomar una nueva ducha.
Un WhatsApp me recordó que había quedado a tomar un aperitivo, con unos amigos, en una terraza próxima a mi domicilio.
Me cambie y al cabo de una hora regresé ya que hoy 
compartía almuerzo con la familia, a la cual le esperaba un buen arroz, fruto de mis ultimas incursiones culinarias.
 Comencé la preparación de forma meticulosa y disciplinada, ya que sabía que era  indispensable para conseguir un buen resultado, según había leído en diferentes webs gastronómicas.
Mientras lo dejaba reposar, abrí una botella del vino que íbamos a tomar, un Pago de los Capellanes que exhalaba un aroma exquisito y me puse una copa.
Una llamada al telefonillo me anunció que mi familia había llegado.
En unos minutos, la casa se llenó de voces, risas y abrazos.
Un vermut inicial, con mucho hielo y zumo de naranja, acompañado de un excelente jamón, fue el prologo a una estupenda comida. Afortunadamente, el arroz había salido excelente, a pesar de mi poca experiencia.
La tarde transcurrió entre risas y buenos momentos, finalizando con un agradable paseo por un centro comercial próximo  y un pequeño refrigerio en una de sus terrazas.
Llegada la hora de la despedida, regresé a mi domicilio, dando un paseo, mientras disfrutaba de un hermoso atardecer.
 Conecté el televisor, para informarme de las últimas noticias.
Todas las  televisiones daban información sobre el final de la pandemia y el paulatino retorno a la actividad.
Lamentablemente, ello incluía las últimas cifras sobre personas fallecidas ,tanto en nuestro país como en el resto del mundo.
La tristeza del dato, dio paso a una reflexión.
Que triste que sea la Muerte, la implacable Muerte, la que nos recuerde lo maravilloso que es la Vida.
Apague la televisión , me prepare un buen whisky de malta, con un cubito de hielo, conecté Spotify  y puse de fondo un aria de Maria Callas .
Finalmente, abrí las paginas del libro que había recuperado recientemente, ya un tanto desgastado por el uso.

“ Muchos años después , frente al pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo...."




jueves, 2 de abril de 2020

VICTIMAS


Escribo estas líneas con rabia, desesperación y casi como terapia.
Y aclaro que sin ningún componente ideológico .
Nunca sabremos si otro Gobierno lo hubiese hecho mejor.
No se trata de partidismo sino de patriotismo.
Esa palabra tan frívolamente utilizada a veces, en función de espurios intereses.
Miles de personas fallecidas y las que están por venir.
Personal sanitario desprovisto de material adecuado que debido a la incapacidad, imprevisión e incompetencia de nuestros gestores, desbordados por una situación de emergencia, no han sabido reaccionar ni planificar.
Médicos que contemplan horrorizados, como tienen que tomar dolorosas decisiones, el denominado triaje, para asignar respiradores ,limitados en número, en contra de su ética y voluntad, para utilizarlos en perfiles con mayor capacidad de supervivencia.
Familias desgarradas por no poder, al menos acompañarles en sus últimos momentos, esperando recibir las cenizas de funerarias absolutamente desbordadas.
Más del 15 % de personal sanitario infectado, en estadísticas difícilmente creíbles.
Más de un 85% de fallecidos correspondientes a una determinada franja de población, la más frágil, la más desprotegida , los que han contribuido a crear este país, con su esfuerzo y trabajo.
Residencias en las que aparecen ancianos muertos y abandonados.
Llamadas casi diarias de amigos y familiares comunicando esos fallecimientos, siempre de las mismas características y rotos por el dolor.
Dos miembros de mi familia, contagiados y aislados en su domicilio, sin que, al igual que muchas personas, se les haya realizado el famoso test.
Y yo mismo, rogando para que no me alcance y engrose la fatídica lista, por edad y perfil.
Los sanitarios no son héroes. Si en el sentido humanitario, pero.....son víctimas.
Y que no nos utilicen, difundiendo el “Resistire” o mostrando imágenes seleccionadas de personal sanitario intentando romper su impotencia con alguna imagen jocosa o mostrándonos aislados casos de ancianos supervivientes.
Es el momento de unirnos, cumplir con las normas impuestas y ser solidarios.
Pero cuando termine esta pandemia, cuando finalice este drama, seámoslo también para exigir y pedir responsabilidades políticas y legales.
Seamos, por fin, un pais.
Fuerza y ánimo.