martes, 4 de julio de 2017

BRUJULA





En la periódica tarea de organizar papeles y cajones, ha aparecido en uno de ellos un objeto que, como tantas veces ocurre, tenía olvidado.
Recuerdo perfectamente de quien fue el regalo y cual era el simbolismo que encerraba.
Dicha persona, la cual ha sido una parte importante de mi vida durante muchos años, conocedora de mi permanente búsqueda  por encontrar un objetivo que definiese mi trayectoria vital, quiso reflejar en ese pequeño objeto ,su cariño y ánimo para que esa búsqueda algún día culminase.
Ha transcurrido bastante tiempo desde ese momento y su aparición me ha hecho reflexionar y auto preguntarme si ha sido así.
Y me he dado cuenta de que no es posible encontrar una respuesta absoluta y definitiva.
En ese largo trayecto ha habido bellos y maravillosos paisajes, sol y lluvia, tormentas y claros.
Todo ello es normal y habitual, cuando el viaje es largo y complicado.
Y las mayores o menores dificultades han servido para reforzarte y apreciar todavía más los logros.
Pero para transitar por la vida...no sirven las brújulas .
Se le atribuye a John Lennon una frase que dice, más o menos : “ La vida es lo que sucede a tu alrededor, mientras vas haciendo planes”.
Literalmente, es así.
Todos trazamos una aparente hoja de ruta, personal y profesional y se va o no cumpliendo, en función de múltiples circunstancias, normalmente incontrolables.
La salud, rupturas sentimentales o simplemente factores económicos, distorsionan lo proyectado y te derivan hacia otras carreteras.
De ahí el crecimiento y desarrollo de múltiples técnicas que, tanto en el campo personal como en el profesional y bajo distintas denominaciones tales como mindfullnes, terapia gelstat, coaching, control mental , psicosintesis o inteligencia emocional, a veces entrecruzadas, intentan ayudar en el desarrollo y libertad del individuo, para permitirles culminar sus objetivos.
Todas ellas coinciden en un punto que, personalmente, suscribo.
Somos capaces de hacer y conseguir mucho más de lo que nosotros mismos pensamos.
El potencial del ser humano es infinito, si se sabe encauzar y proyectar.
Pero de nada sirve todo ello, sin el punto más importante: tu mismo.
Y un componente que es imprescindible, la ilusión.
Ese combustible, a veces falta. Lo se por mi propia experiencia.
Esa fortaleza, implícita en el ser humano, periódicamente se resquebraja.
Las razones sería imposible de enumerarlas y son unipersonales.
Cada persona tiene su propio paisaje y si algo falla es inevitable que se produzca un cansancio, normalmente más mental que físico, que te hace bajar la guardia y sentirte golpeado.
Y ese es el momento donde, excavando en tu propio interior, debes de encontrar la energía necesaria para avanzar.
Porque el verdadero guerrero es el que asume las batallas perdidas, pero consigue ganar su propia guerra.
¿ Perdedor o ganador?.
Elige.





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