domingo, 19 de febrero de 2017

VOLCAN





Es arriesgado afirmarlo. Pero pienso que todos llevamos nuestro particular volcán en el interior.
Al menos, yo si e intentaré definirlo.
Nuestro día a día se compone de una serie de actos cotidianos y perfectamente lógicos.
Trabajo, familia, amigos, ocio, descanso.
Resumiendo, lo que practicamos cualquiera de nosotros en nuestro devenir cotidiano.
Pero en nuestra parcela intima y oculta donde difícilmente alguien puede entrar, late ese volcán.
Y es un sentimiento que tiene tremendas similitudes con la definición convencional.
"Volcan: Los volcanes son aberturas que se encuentran en las montañas o en la tierra. Cada cierto período de tiempo, expulsan lava, gases, ceniza y humo."
Es decir, están vivos, ocultos y en cualquier momento, pueden resurgir.
Nuestras explosiones personales pueden ser por diferentes motivos.
Rencores , rebeldía ante situaciones que rechazamos, frustraciones acumuladas, problemas personales.
Finalmente....sentimientos.
Y no tienen porque ser necesariamente agresivos .
Al menos el mío no lo es y lo tengo perfectamente identificado.
E intentas evitarlo, sofocarlo, apagarlo..... inutilmente.
Porque cuando late, es imposible dominarlo.
Eres racionalmente consciente de las causas e ingenuamente crees que puedes controlarlo.
Pero, periódicamente , resurge y arrasa esa racionalidad.
Y duele, claro que duele.
Sobre todo porque en tu fuero interno sabes que hay llamas que son imposibles de apagar.
Alguien me dijo en una ocasión que el ser humano es la única especie que puede tener la ocasión de encontrar su propio paraíso y después abandonarlo.
Lo que no me pudo explicar es el porque.
Creo tener la respuesta. Porque no era suyo .
Y esa realidad te arrasa, te anula, te rebela y el volcán explota, cruel e inexorable.
Cuando el episodio ha finalizado y aparentemente todo vuelve a su lugar te refugias nuevamente, aún sabiendo que es una pausa temporal y que ese proceso se volverá a producir en un corto espacio de tiempo.
Cuando hoy alguien me pregunte  ¿que tal has dormido? le contaré educadamente que muy bien.
Pero mi interior exclamará....maldito volcán.
Porque no hay volcán más activo que el de la pasión.












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