Si eres capaz de convertir el
gris en verde, de poder hablar de amor sin compromiso, de mostrarte sin máscara,
de reflejar tu alma en palabras, de acariciar sin agredir, de trasmitir sin
necesidad de explicar, de embellecer tu día alrededor de una copa de vino, de
disfrutar de un territorio que solo pertenece a los protagonistas, de sentirte
vivo y pleno, de comprobar que sigues siendo teniendo el espíritu de un
adolescente, de hacer fluir la maravillosa complicidad , de desear sin esperar,
de abrazar sin invadir, de apasionarte sin molestar, de valorarte sin
mitificarte.....eres una persona afortunada.
Sabiendo que el pincel no vale
nada sin la modelo, que la escritura necesita al personaje, que la inspiración la
provoca la belleza, que la inteligencia sirve si es compartida, que el
interlocutor merece el esfuerzo.
Y que solo sientes calor si el sol está ahí.
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