domingo, 13 de noviembre de 2011

LA ROJA










Cuando escribo estas líneas, quedan escasos días para que se celebren nuevas Elecciones Generales. Todos los protocolos se están cumpliendo.
 Debate entre los candidatos de los dos principales partidos, despliegue de conexiones en los informativos, cuñas electorales en todos los medios, grandilocuentes afirmaciones de que cada uno es el más adecuado para hacer resurgir nuestro país, críticas respectivas sobre las ofertas que se formulan en los diversos programas electorales, contundentes afirmaciones sobre la nefasta gestión realizada por el actual Gobierno y ambigüedades habilmente calculadas.
Es decir : hastío y falta de credibilidad sobre todo aquello que se hace y dice y una especie de fatalismo que impregna a los electores,  asumiendo de antemano que todo ello no son más que fuegos de artificio destinados a captar su voto.
Incluso, los sondeos previos que favorecen al Partido Popular, se basan en un concepto claramente decepcionante:
 Peor que los actuales, no lo van a hacer.
En pocas palabras, resignación.
Pero, hay una pregunta que surge inevitablemente.
¿ Que parte de culpa tenemos los pasivos electores, claramente acomodados en una plácida burguesía y aparentemente más preocupados por cuando es el próximo puente, los  fichajes de los grandes equipos de fútbol o los nuevos escándalos que nutren las revistas y programas del corazón?
¿ Donde está la denominada conciencia social?
¿ Cada país tiene el gobierno que se merece ?
¿ Porqué nos escandaliza un bufón como Berlusconi, cuando clones del mismo se desparraman por todo el país ?
¿ Existe la verdadera izquierda, camuflada actualmente bajo la coraza de una pseudo socialdemocracia y repantigada cómodamente en sus confortables sillones?
¿ Hay alguien que sea capaz de desmantelar la absurda estructura de un Estado, que derrocha los fondos públicos en innumerables burdeles, disfrazados con los nombres de Diputaciones, Senado, Juntas Autonómicas, iletrados , flotas de lujosos coches, multiplicidad de funcionarios innecesarios o nuevos millonarios, disfrazados de representantes del pueblo y  encumbrados por la especulación inmobiliaria, siempre facilitada por los corruptos habituales?
¿ Es esto ello lo que soñábamos cuando la Transición se puso en marcha?
Y lo más importante ¿ que hemos hecho o hacemos para evitar todo ello?
Todos somos culpables y cómplices de esta situación.
Mientras no exista una plataforma progresista,  bajo la cobertura de un Partido independiente, que verdaderamente represente los intereses colectivos y solucione los graves problemas que aquejan nuestra sociedad, esta situación no puede hacer más que empeorar.
Pero ya se encarga el Sistema, simbolizado por el Sr. Botin y adlateres de hacer lo posible para evitar que dicha situación se pueda producir y perjudique sus ambiciosos intereses.
Pobre pueblo que, con tan buena madera no ha sabido convertirse en un robusto árbol.
Desgraciadamente, el pan y circo de los romanos, sigue estrategicamente funcionando.
Hasta tal punto que solamente hay un símbolo  que nos recuerde que tiempo atrás existía un color que identificaba una forma izquierdista y progresista de actuar y pensar:
La Selección Nacional de Futbol: LA ROJA

No hay comentarios:

Publicar un comentario