Benjamin Zander, director durante 35 años de la Filarmónica de Boston y coautor del bestseller “The Art of Possibility” , es una eminencia en el panorama internacional de la música clásica, que ha dedicado parte de su vida profesional a impartir conferencias sobre liderazgo.
En una ellas y al finalizar la misma, una señora se acercó a felicitarle y le contó una terrible vivencia personal.
Dicha persona, judía , superviviente del campo de concentración de Auschwitz, fue enviada allí cuando tenía 15 años, acompañada de su hermano de 8 años. Sus padres habían desaparecido.
En el tren que les transportaba, observó que a su hermano le faltaban los zapatos y comenzó a regañarle:
“ ¿Eres tan tonto que no puedes cuidar de tus cosas? ¡ Por el amor de Dios ! ¿ Donde vamos a poder encontrar otros?
Por desgracia, fue lo último que le dijo porque no volvió a verlo nunca más.
No sobrevivió.
Cuando salió tiempo después de Auschwitz , hizo una promesa:
“Nunca diré algo que pueda ser , lamentablemente, recordado como lo ultimo que le dije a alguien muy querido”
Y es que, con las palabras, podemos crear o destruir.
Está al alcance de cualquiera comprobarlo, en su día a día.
En las relaciones de pareja, en el trabajo, con tus amistades o con tus hijos, el lenguaje utilizado puede ser un bálsamo o un dardo.
En este propio blog, en tu vida cotidiana , en el desarrollo de la diplomacia internacional, en las redes sociales, en medios de comunicación, el adecuado uso de la palabra es imprescindible.
Complementariamente, pensar antes de hablar es un sano ejercicio.
En el área de la educación, es importantísimo.
Una buena idea, mal reflejada, se convierte automaticamente en un error.
Y estoy seguro de que yo también he incurrido en ello , inconscientemente.
Por el contrario, la utilización de un lenguaje positivo y la exclusión de vocablos negativos , nos ayuda a ver el lado favorable de situaciones complejas y a construir y reforzar nuestra personalidad.
El estrambote se produce cuando, con la aparente intención de practicar el lenguaje inclusivo, se alcanzan situaciones surrealistas, que provocan rechazo en vez de aceptación.
Siempre puede haber casos imposibles.
Personas incapaces de mejorar su lenguaje positivo , demostrando una negatividad permanente, tanto en la utilización del mismo como en su personalidad.
Para las cuales y recurriendo, como tantas otras veces, al mítico Groucho Marx, no puedo por menos que citar una de sus maravillosas frases, relativa a la comunicación:
“ Mas vale permanecer callado y parecer tonto, que abrir la boca y confirmarlo”
Genial.