Confieso que, llegadas estas fechas, mi sentimiento es agridulce.
Ese punto de arranque que significa la iluminación navideña, la invasión de mensajes publicitarios, el frenesí comercial de la compra de regalos, me aturde .
Y con dificultad, intentas evitar la nostalgia.
Personas queridas que lamentablemente, han desaparecido, el recuerdo de momentos felices , la autocrítica de errores cometidos y la constatación del inexorable paso del tiempo.
Está claro que el problema, para los idealistas y románticos como yo, es el anhelar unas festividades más intimas, más tranquilas.
El abeto, una buena chimenea, un entorno rural apetecible, el olor de las castañas asadas, asistir a ese concierto en una vieja iglesia, son deseos que, posiblemente, solo están en mi imaginación....y en las películas.
Y una vez más, debe ser motivo de reacción y reflexión personal
Evidentemente, todos deseamos vivir en un mundo más amable, más sencillo, más tranquilo, menos problemático.
Pero el verdadero éxito es conseguir tu estabilidad, tu aceptación, tu evolución positiva, tu superación de los problemas cotidianos, independientemente de si el paisaje es o no favorable.
Y lo más importante, valorar lo que posees y apurar tu día a día, como si fuese el último de tu vida.
Simplemente, viendo los titulares de los informativos... te sentirás afortunado.
Ese sentimiento , el cual creo que está en el interior de todos nosotros , es aconsejable recordarlo, puntualmente.
Evitando, en la medida de lo posible, impregnarme del buenísimo imperante en estas particulares fechas, deseo muy sinceramente a tod@s los que tenéis la generosidad de entrar en este blog , que disfrutéis de todo lo positivo que encierra la vida, que vuestros proyectos se cumplan y sobre todo, larga vida.
Por lo tanto, alcemos la copa, recordando la frase de Groucho Marx, cuando le preguntaron si era aficionado al consumo de bebidas alcohólicas:
"Bebo para hacer interesantes a las demás personas"
Genial e inolvidable,
Felices días y mejor Año nuevo.