El inminente comienzo de un nuevo año, me provoca siempre todo tipo de reflexiones.
Supongo que ello es aplicable a cualquier otra persona, independientemente de sus circunstancias .
Lo bueno y lo malo del ya prácticamente transcurrido año, los recuerdos de tiempos pasados , propósitos a cumplir, expectativas de mejora, aprobar asignaturas pendientes sean cuales sean las mismas y, al menos en mi caso, constatar el inexorable paso del tiempo.
Y peleo, interna e incansablemente, para no hacerlo.
La experiencia acumulada, mi particular desarrollo personal y mental, las innumerables lecturas que acumulo gracias a mi pasión por los libros me gritan NO.
El pasado es una escuela de vida y aprendizaje y como tantas veces digo, de aprender en el presente, a desaprender lo aprendido.
Pero nadie puede caminar rápido y ligero con una gran mochila en sus espaldas, ni avanzar mirando constantemente hacia atrás.
Soy consciente de que no es sencillo practicarlo.
Hay algo que nos impulsa a buscar elementos en nuestra memoria para comparar con los actuales, a veces en forma de castigo interno o sentimiento de culpa.
Y ese es el gran reto.
Gestionar nuestras emociones.
Gestionar nuestras emociones.
Cambiar el quiero por el puedo, vivir el presente, fijarse metas y conseguirlas, tropezar pero levantarse rápido.
En pocas palabras VIVIR.
Me gustaría tener la capacidad intelectual de mi admirado Roberto Aguado, (http://robertoaguado.com), web que os recomiendo encarecidamente visitar, para exponer con mayor brillantez estos temas.
En ese camino continúo y os animo también a que lo recorráis.
Como escribió en una ocasión Hellen Keler, escritora estadounidense:
“Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre.
Pero, muchas veces, miramos tanto tiempo la puerta cerrada, que no vemos la que se ha abierto para nosotros"
Como escribió en una ocasión Hellen Keler, escritora estadounidense:
“Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre.
Pero, muchas veces, miramos tanto tiempo la puerta cerrada, que no vemos la que se ha abierto para nosotros"
Y como no, dar gracias, mil gracias, a aquellos que tienen la generosidad de leerme.
En este inmenso océano llamado Internet, vosotros habéis hecho posible que, al día de hoy, este pequeño blog tenga acumuladas más de 41.000 entradas.
En este inmenso océano llamado Internet, vosotros habéis hecho posible que, al día de hoy, este pequeño blog tenga acumuladas más de 41.000 entradas.
Todo mi cariño a mis amigos/as, que me animan a mantenerlo y particularmente a aquellos que depositan en mi su confianza en sus personales encrucijadas.
Para todos, que consigais ser arquitectos de vuestra vida y no meros inquilinos.
Feliz Año.
