Recientemente, un amigo me preguntaba como surgen las ideas cuando alguien como yo decide crear un blog , un guión, un articulo ,columna o cualquier otro soporte escrito.
Como en tantas otras cuestiones, no existe una sola respuesta.
Esa creatividad puede ser obligada, si existe un compromiso previo , como es la periodicidad pactada con un medio de comunicación y por tanto remunerada.
Es lo habitual en columnistas, periodistas o guionistas de televisión.
Es lo habitual en columnistas, periodistas o guionistas de televisión.
En determinadas y puntuales ocasiones me he encontrado en esa situación.
Pero no es el caso de este blog.
Pero no es el caso de este blog.
Procuro mantener un ritmo adecuado de escritura, para no establecer largos períodos entre las distintas publicaciones, pero puedo permitirme el lujo de no hacerlo si mi estado de ánimo, ausencia de situaciones o vivencias, me hacen pensar que no estoy en condiciones de escribir unas líneas con honestidad, autenticidad y mínima originalidad.
La calidad del resultado solo depende de mi mayor o menor capacidad de expresión.
Pero habitualmente una sola y simple palabra, escuchada o pronunciada, te invita a la reflexión y la escritura.
Y eso me ha sucedido hoy.
Utilizamos adjetivos para definir a los seres que nos rodean.
Simpatico, amistoso, sociable, cariñoso, guapo, feo.
Y hoy he incorporado un término que no es exactamente un adjetivo, pero que para mi define la personalidad de un individuo, hombre o mujer.
Oasis.
Utilizamos adjetivos para definir a los seres que nos rodean.
Simpatico, amistoso, sociable, cariñoso, guapo, feo.
Y hoy he incorporado un término que no es exactamente un adjetivo, pero que para mi define la personalidad de un individuo, hombre o mujer.
Oasis.
Hay personas que al reencontrarte con ellas, te provocan una determinada sensación.
A veces deambulo por la vida sin rumbo definido, con paso rutinario, falto de estímulos y una pereza que me invade paulatinamente.
Y cuando, exhausto por el trayecto, ávido de liquido que me permita recuperarme , cual explorador recorriendo un desierto infinito, de repente .....vislumbras a alguien.
Una persona.....oasis.
Una persona.....oasis.
Y no es un espejismo.
Posees la experiencia necesaria para poder distinguirlo.
Sabes reconocerlo, te es familiar, ya lo has vivido.
Te resguardas en ella durante un pequeño tiempo y llenas tu cantimplora nuevamente, sabiendo de antemano que es puntual, es transitorio y que no tendrás más remedio que abandonarla.
Pero, al menos, te permite recuperarte y continuar esa larga y confusa trayectoria.
Encontrar una persona oasis, no es difícil.
Lo difícil es saberla distinguir de un espejismo.
Y lamentablemente, al menos en mi experiencia, los espejismos son los más habituales.
Solo los que han atravesado un desierto, saben valorar adecuadamente la importancia de un oasis.
Ya solo queda una pregunta, una simple pregunta:
¿ Eres oasis o espejismo?
Solo los que han atravesado un desierto, saben valorar adecuadamente la importancia de un oasis.
Ya solo queda una pregunta, una simple pregunta:
¿ Eres oasis o espejismo?